« Cuanto más indefensa es una criatura más derecho tiene a ser protegida. »
¿Te preocupa que tu gato ya no juegue ni suba a sus lugares preferidos? Es probable que tenga dolor articular. Te explicamos cómo saber si tu gato tiene artrosis.
Es una pregunta que solemos recibir de los dueños de gatos adultos, es decir, con 7 años de vida o más. Una de las causas más frecuentes en gatos adultos es el dolor de sus articulaciones, que se denomina artrosis u osteoartrosis felina.
Esta enfermedad también aparece en los perros, pero cuando un perro tiene artrosis le duele al caminar y se nota cuando lo sacas a pasear. A veces, incluso puede expresar un ladrido más agudo de lo normal mientras camina o puedes observar que empieza a cojear. En el gato es más difícil identificar cuando presenta artrosis.
Durante mucho tiempo se pensó que los gatos no padecían esta enfermedad. Hasta que un estudio científico llevado a cabo en los años 90, tomó una muestra de cien gatos domésticos mayores de 12 años de edad y el 90% tenían artrosis. Unos años después otro estudio demostró que a medida que aumenta la edad de un gato mayor es la probabilidad de padecer artrosis felina. Por lo tanto, al igual que a los humanos, la artrosis es una enfermedad crónica y degenerativa debida al paso del tiempo y el desgaste del cuerpo.
Normalmente las articulaciones están protegidas por estructuras más blandas y líquidos (cartílago, membrana y líquido sinovial) que permite darles movilidad y funcionalidad. En la artrosis felina, igual que pasa en las personas, las articulaciones sufren desgaste de esas estructuras que hacen que el hueso quede desprotegido generando fricción entre los huesos, inflamación y dolor continuo. ¡Esa es la razón por la cual tu gato adulto ya no sube escaleras ni salta a sus lugares preferidos! Le duelen sus articulaciones por la artrosis.
El principal síntoma es el dolor. Cuando tu gato tiene dolor (ya sea articular o de otra causa) podrás observar que ocurren algunas de estas cosas:
Lo primero será consultar a un profesional. Los síntomas de dolor son similares entre las diferentes enfermedades felinas, hay que estudiar si la causa es de tipo articular o no. Si el profesional sospecha de artrosis felina realizará algunas pruebas de movimientos exploratorios para observar las reacciones de tu gato.
Si las reacciones a estos movimientos hacen sospechar al veterinario que existe dolor articular podrá pedir una radiografía, aunque es importante saber que ha sido comprobado en ciertas investigaciones que no siempre se ven las lesiones de desgaste de la articulación, teniendo siempre que unir la imagen radiográfica con la exploración ortopédica realizada por el veterinario.
Con estos estudios y la valoración de la respuesta al tratamiento inicial, que suele generar grandes cambios en sus síntomas, se diagnostica de forma certera que el dolor es articular.
La artrosis se trata, pero no se cura. Al tratar a tu gato notarás el cambio en su calidad de vida, ya que tu gato tendrá menos dolor y será por tanto más feliz. Igual que en los humanos es un proceso de desgaste propio de la vejez.
El tratamiento del dolor articular en el momento agudo:
El tratamiento del dolor articular en forma crónica:
¿Tu gato adulto tiene algunos de estos síntomas? ¿Lo notas raro y ya no sube a su lugar preferido?
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