« Cuanto más indefensa es una criatura más derecho tiene a ser protegida. »
Llega la primavera pero con ella la subida de las temperaturas. Esto provoca que las orugas bajen de sus nidos en los pinos y recorran el suelo desplazándose en línea como una procesión (de ahí su nombre).
Las orugas están cubiertas de unos pelos urticantes que poseen una toxina devastadora para nuestras queridas mascotas (y también para nosotros si las tocamos).
Los síntomas que pueden producir si nuestros ¨peludos¨ entran en contacto con ellas son:
Pero lo más peligroso, es la reacción anafiláctica que puede generar: el perro no puede respirar y fallece.
Para evitarlo, podemos lavar con abundante agua la zona donde haya contactado la oruga (recordando que las espículas o pelos de las orugas también nos pueden dar reacción a nosotros, así que lo más indicado sería el uso de guantes) y de inmediato acudir a nuestro veterinario para que tome las medidas necesarias.
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