« Cuanto más indefensa es una criatura más derecho tiene a ser protegida. »
¿Has notado que tu perro o tu gato se desorienta, cambia de hábitos o parece “despistado” y lo has achacado simplemente a la edad? El deterioro cognitivo en mascotas es una realidad cada vez más frecuente y, sin embargo, sigue siendo uno de los problemas menos reconocidos por los tutores. En Centro Veterinario Arakela, en Aravaca (Madrid), ayudamos a detectar y manejar estos cambios para mejorar la calidad de vida de perros y gatos senior.
El deterioro cognitivo, también llamado síndrome de disfunción cognitiva, es un proceso neurodegenerativo progresivo que afecta al cerebro de perros y gatos de edad avanzada. Provoca una pérdida gradual de funciones mentales como la memoria, la orientación y la capacidad de aprendizaje.
No aparece de forma brusca. Avanza lentamente, lo que hace que muchos casos pasen desapercibidos durante meses.
En perros suele observarse a partir de los 7–8 años en razas grandes y desde los 9–10 años en razas pequeñas. En gatos es más habitual a partir de los 11–12 años. La edad no es el único factor, pero sí el principal.
Uno de los mayores errores es pensar que estos cambios son “normales por la edad”. Algunas señales de alerta son:
Envejecer implica ralentizarse. El deterioro cognitivo implica perder funciones. La diferencia está en cómo afecta al día a día del animal.
Un perro mayor puede jugar menos. Un perro con deterioro cognitivo puede no saber cómo iniciar el juego. Un gato mayor puede dormir más. Un gato con deterioro cognitivo puede no reconocer su entorno.
El deterioro cognitivo no tiene cura, pero sí puede manejarse. Una detección precoz permite frenar su progresión, reducir la ansiedad y mejorar el bienestar del animal.
No existe una prueba única. El diagnóstico es clínico y se basa en:
En Centro Veterinario Arakela el abordaje es individualizado, porque cada animal envejece de forma distinta.
El enfoque actual es multimodal. No se trata solo de medicación.
Convivir con una mascota que cambia genera preocupación y culpa. Entender qué está ocurriendo permite acompañarla mejor y tomar decisiones informadas, sin frustración ni reproches.
"Pensábamos que nuestro perro estaba simplemente mayor, pero en Arakela nos explicaron que había un deterioro cognitivo. Con los cambios y el seguimiento, ahora está mucho más tranquilo y orientado. Nos ayudaron muchísimo." – Carlos R.
Es un proceso similar, adaptado al ámbito veterinario.
No, pero el riesgo aumenta con la edad.
No, pero puede manejarse y ralentizarse.
Depende del caso y de la evolución.
Ambos pueden padecerlo, aunque los gatos suelen ocultarlo más.
El deterioro cognitivo en perros y gatos no es una cuestión de carácter ni de mala educación. Detectarlo a tiempo marca la diferencia entre una vejez confusa y una etapa acompañada con bienestar.
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