« Cuanto más indefensa es una criatura más derecho tiene a ser protegida. »
Es una enfermedad parasitaria grave en el perro que también puede afectar a los humanos.
Todo empieza con un parásito denominado Leishmania Infantum. Este parásito tiene la capacidad de vivir dentro de los perros enfermos. Por ello se dice que los perros pueden ser reservorios de este parásito.
La enfermedad solo puede ser transmitida por aquel mosquito que ha picado antes a un perro enfermo de leishmaniosis canina.
Ese mosquito transporta el parásito (vector) y contagiará cuando pique a un perro sano (o a un humano).
No, un perro enfermo de leishmaniosis canina no puede contagiar directamente a otros perros, ni por contacto directo, ni por jugar con ellos o bañarlos juntos.
Para que otro perro sano se contagie debe ser picado por el mosquito que porta el parásito.
No debes tener miedo de que tu perro te contagie ni a ti ni a tu familia.
El parásito que el mosquito contagia al perro es Leishmania infantum, y se ha visto que en los seres humanos sanos es muy poco probable que se desarrolle alguna enfermedad. El sistema inmune humano se defiende muy bien ante este tipo de parásito.
Como lo menciona el colegio oficial de veterinarios de Madrid en España , la cantidad de casos de infección por L. infantum en los perros es muy alta, a diferencia de lo que ocurre en personas que es muy baja.
La leishmaniosis en humanos existe, pero se contagia a través de la picadura de mosquitos que transportan otra especie de parásito (Leishmania donovani) que está presente en liebres y otros animales silvestres, pero NO es el mismo parásito que tiene tu perro.
Algunos perros están infectados por el parásito, pero no manifiestan síntomas.
En este caso estos perros asintomáticos pueden ser fuente de contagio sin que sepamos que están enfermos.
Por ello, es tan importante consultar anualmente a las campañas de prevención de Leishmaniosis.
Si tu perro ha sido picado por un mosquito que le ha transmitido el parásito, este puede tardar entre 3 y 18 meses en tener signos o síntomas visibles.
Existen dos formas de presentación de esta enfermedad: cutánea y visceral. Cada tipo afecta a distintas partes del cuerpo.
Aunque a menudo los primeros síntomas son cutáneos, finalmente suele afectar a la mayoría de los órganos. Con el tiempo prácticamente todos los perros infectados desarrollan la enfermedad visceral.
Signos y síntomas de la forma cutánea (afecta a la piel):
Signos y síntomas de la forma visceral (afecta a órganos internos):
Otros signos y síntomas asociados con la leishmaniosis son:
Los gatos pueden ser picados por un mosquito con el parásito, pero gracias a la fortaleza de su sistema inmune, que es diferente al perro, puede llegar a eliminar o controlar la infección y reducirla para que no sea más que un estado crónico asintomático.
Según un informe del año 2018 de la facultad de veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, se han descrito aproximadamente 100 casos clínicos en Europa en los últimos 25 años (Italia, España, Francia, Portugal) con algunos casos reportados (Suiza) en gatos importados de regiones endémicas.
Esto explica que el porcentaje de gatos afectados o que desarrollen la enfermedad sea bajo, aunque el número de casos se incrementa anualmente.
En general, los gatos afectados por Leishmaniosis generalmente tienen otras enfermedades y se encuentran más debilitados.
Además de observar los signos y síntomas anteriores, podemos realizar distintos tipos de métodos diagnósticos:
Hay diferentes fármacos empleados para el tratamiento de esta enfermedad, pero que deben ser siempre seleccionados, pautados y administrados por el profesional veterinario.
El tratamiento es difícil y largo. Además, son frecuentes las recaídas (vuelven a aparecer los síntomas).
No hay realmente una curación parasitológica para esta enfermedad, es decir que es bastante difícil matar al parásito que se encuentra en el perro enfermo, pero podemos realizar el tratamiento de los síntomas.
La detección precoz es lo más importante para obtener un mejor pronóstico.
Sí, puedes prevenir el contagio de tu perro mediante:
Por ello, es muy recomendable el chequeo anual mediante una sencilla prueba.
La mejor época para la realización de esta prueba, debido al ciclo del mosquito y la enfermedad, es de diciembre a enero.
En Arakela estamos comprometidos con la salud de las mascotas y os ofrecemos una campaña durante estos meses para facilitaros la detección precoz.
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